Caperucita Roja conocida por todos en la aldea, se dispone a visitar a su abuelita. Como es habitual en el clásico, la pequeña deberá cruzar todo el bosque cargando una cestita hasta llegar a la casa de su abuelita, justo al otro lado de la montaña. Todo parece transcurrir con normalidad. La mamá le advierte sobre la presencia del Lobo Feroz, pero a Caperucita parece no preocuparle nunca se había encontrado con el en sus paseos anteriores.
Al poco de comenzar su camino, Caperucita empieza a notar algo. El bosque ha cambiado, está sucio y el agua del río huele mal, los peces apenas pueden respirar. Hay basura acumulada alrededor de los árboles y los animales no parecen muy felices, entre ellos el Lobo Feroz, que lejos de querer asustar a nadie, intenta hacernos ver que debemos cuidar nuestro planeta. Redescubre esta conocida historia con tintes medioambientales sin olvidar el humor, la música y la ilusión.
Todos conocemos el clásico cuento de la niña de capucha roja, sin embargo, el equipo creativo de este espectáculo ha intentado traer una nueva adaptación de la historia donde los protagonistas seamos nosotros, capaces de cambiar el final del cuento con nuestras acciones.
El cambio climático es, cada vez, un problema que nos afecta a todo. Es por ello que esta nueva versión acusa de la ferocidad del personaje del Lobo a la contaminación de su propio entorno por la mano del hombre. De esta forma, solo el hombre podrá encontrar la solución al problema con una buen ECO-educación.
Con divertidos juegos y dinámicas, aprenderemos a separar nuestra basura depositando los residuos en sus contenedores correspondientes, cuidar nuestro entrono y asegurar un futuro mejor a toda la fauna y flora que nos rodea.
La propuesta escénica intenta acercarse a la vida de los pequeños y pequeñas en casa que, en su tiempo de ocio, juegan con juguetes representando realidades cargadas de fantasía e imaginación. La técnica del títere de mesa deja a vista del público la manipulación y ello permite al titiritero intervenir en la historia como un personaje más, sirviendo de puente y punto de anclaje ante razonamientos más complejos.